Francisco José Hernández Flores, de sesenta y cinco años de edad, es un músico destacado de Camoapa, que prácticamente ha vivido gracias a su trabajo en el coro que tiene junto a sus hijos y nietos. Además de una disco móvil, que ha sido el gran sacrificio de su vida. En esta ocasión le contaremos parte de la historia de este artista que también en su juventud fue talabartero.
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Don Francisco dice que tuvo una infancia bastante difícil porque quedó huérfano de madre a una corta edad. Eso provocó que pasara más tiempo en la calle que en casa. “Mi papá tenía que trabajar, entonces prácticamente me terminé de criar con mi abuela y mis tíos. Fue difícil porque el amor de una madre siempre hace falta, pero logré seguir adelante”, detalló Hernández.
Ha vivido en la música
Hernández afirmó que aprendió el oficio de la talabartería gracias a su padre, que tenía su propio taller. También fue quien le inculcó el amor a la música. “Fui parte de un grupo en la década de los setenta. Aprendí a cantar la misa en latín y luego que se desintegró el grupo musical, por la guerra que vivía el país, decidí emprender mi negocio, una disco, que la obtuve con mucho esfuerzo”, enfatizó.
Don Francisco, habló sobre su peculiar apodo, que le fue puesto por un amigo gracias a un programa de una radioemisora. “No me molesta el sobre nombre porque ya es parte de mi identidad, es bastante particular, pero todo mundo así me conoce y yo bromeo con eso, no hay problema”, declaró el músico.
El profesor José Santos Hernández, es el hijo mayor de don Francisco. Asegura que su padre, es una persona excepcional, que les ha ensañado el amor de Dios, el valor del trabajo y la dedicación. “Es una buena persona, siempre nos ha mostrado su cariño, nunca nos faltó nada, con su trabajo mantuvo a toda su familia y para mí es un gran ejemplo a seguir”, aseveró.
José Santos agregó que sus hermanos y él siempre han contado con el apoyo de don Francisco, en los proyectos musicales. “Los equipos, la casa para los ensayos siempre han estado a la disposición, él nos inculcó el amor a la música y una parte de mis hermanos han seguido ese camino”, afirmó.
Promovió la cultura local
Don Francisco Hernández, cuenta que ha vivido procesos de enseñanzas culturales importantes en la década de los ochenta desde su trabajo en el Ministerio de Cultura. “Organizamos las fiestas patronales por todo lo alto. Aprendí mucho en el ministerio y se quiso hacer algo bonito para la promoción de la cultura”, recuerda.
En la actualidad, don Francisco Hernández, continúa con el coro de músicos. Afirma que seguirá hasta que las fuerzas físicas se lo permitan. Ya no participa en las fiestas donde contratan a su disco móvil, porque padece problemas en su columna y eso lo limita, sin embargo, su espíritu se mantiene joven y alegre.
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